martes, 1 de diciembre de 2009

El Rito

Este relato fue publicado por mi en predicado aquí el 11 de Julio de 2006.
Para Hunchi, por que sin ti, tal vez el rito no habra visto la luz.
 Tal vez fuera mejor que no viese lo que vi, pero ya es tarde para eso. Pronto vendran por mi puesto que he sido testigo de uno de sus más terribles secretos. Todo comenzó hace dos noches, mientras hacia algo de espeleologa, en ciertas cuevas apartadas en las montañas del centro del país. Y aunque fue arriesgado, ahora agradezco haber hecho esa exploracin solo, puesto que casi todos mis colegas tienen familia.



Me encontraba explorando un conjunto de cuevas enterradas profundamente en la montaña observando las formaciones geolgicas cuando mis exploraciones me condujeron a un tnel lateral a la cueva que estaba explorando. All fue cuando comenz todo. Me d cuenta al instante de entrar que lo que vea no era obra de la naturaleza aunque se disimulaba casi perfectamente con el entorno. El túnel aparentemente natural haba sido hecho por la mano del hombre, o al menos eso pensaba.

Aun no salia de mi asombro mientras caminaba por el túnel cuando fui a dar directamente a una galería que contena un sin número de pilares. Sin duda estos en un principio fueron formaciones naturales en un principio para luego ser moldeados por manos humanas. Pero, ¿Como poda ser? Me encontraba profundamente ubicado dentro de la montaña. El grupo de cuevas solo tenia una entrada conocida y era por donde yo haba entrado. Dicha entrada no facilitaba el acceso, precisamente por eso solo tenia conmigo el equipo indispensable.

Me encontraba en estas cavilaciones cuando creí percibir ruidos dentro de la galería. Pero no bien fui consciente de estos cuando percib tambin que la galera estaba empezando a iluminarse. Lo que hice a continuacin me salvo la vida, ahora estoy seguro de eso. En lugar de gritar y preguntar quien se encontraba ahí. Apague mi lampara y me quede totalmente inmóvil. La luminosidad crecía por instantes y pude percatarme de la conformación de la galería, era inmensa. Mucho mas de lo que yo habra podido suponer. Las columnas se elevaban hasta un techo que difcilmente poda determinar. Pero lo que me tenia mas impresionado eran los tallados realizados en las columnas y en las paredes de la galería. Estaban escritos en un lenguaje que no pude identificar. Observando la columna que tenia mas cerca palpe con cuidado los bajorrelieves que por un momento se me antojaron egipcios en su exquisitez, el detalle era prodigioso.

Al momento de palpar la piedra me vi sacudido violentamente por un pensamiento. Pero mas que un pensamiento fue una imagen. La imagen era lo que en lenguaje representaramos con la palabra rito. Inmediatamente retire mi mano de la columna pero al punto la volví a colocar puesto que me sentí débil. Solo para verme sacudido nuevamente con otra imagen, fuego. No lo soporte, caí sentado y mientras me recuperaba me dí cuenta que los sonidos aumentaban . Espere a recuperarme un poco y me levante, y teniendo cuidado de no tocar la columna otra ves, camine con precaucin a lo largo de la galería que se ensanchaba.

Tratando de seguir la fuente de los sonidos y encontré una especie de parte desprovista de columnas. Al caminar un poco mas vi que la forma del área sin columnas era redonda y en su centro haba una especie de pozo. Acercándome un poco mas pude notar que el piso era de una especie de mármol muy pulimentado, al igual que las columnas que delimitaban el área. El piso contenía símbolos labrados en el que convergían en dirección al pozo. No pude explorar mejor puesto que me vi obligado a esconderme a toda prisa. Del otro lado del circulo se acercaban los ruidos.

Pero no eran tales, pues al estar mas cerca pude determinar que se trataban de tambores e instrumentos de viento que por el eco de la galera se perciban distorsionados. Me encontraba anonadado, pero mi curiosidad era aun mayor por todo lo que observaba. Me escondí unas cuantas filas de columnas mas all del circulo y aguarde, teniendo eso si, cuidado de no tocar mas las columnas.

Entraron pronto. Figuras encapuchadas que en un principio identifique con monjes, puesto que sus ropajes tenan esa guisa. Pero todo lo que hicieron luego esta totalmente reñido con el comportamiento de cualquier orden religiosa por mi conocida. Lentamente, fueron tomando su lugar al rededor del pozo justo formando una alineación con las columnas pulidas. Eran en total 50 según pude contar, sin incluir a los músicos que no entraron al circulo sino que se quedaron ejecutando su extraña música fuera del mismo.

 La música ceso y solo quedaron sus ecos por toda la galería. En ese instante los oficiantes, puesto que había que llamarlos de algún modo, alzaron los brazos y en los que estaban mas cerca de mi pude notar que estaban tatuados con símbolos arcanos. Comenzaron estos a cantar en lo que supuse seria la versión hablada del lenguaje de las columnas. Puesto que me llegaron, aunque con menos fuerza, las imágenes de rito y fuego que haba percibido anteriormente. Me impresiono la calidad sonora de sus voces. Pues, si bien la galera debera haber distorsionado también el canto, este se escuchaba con perfección y nitidez.

Habrán pasado unos cuantos minutos desde que empezaran con su extraño canto cuando tan súbitamente como comenzaron, dejaron de cantar. Al punto entro otro oficiante, dentro del circulo portando un pequeño bulto. Que para mi horror, al momento identifique como un bebe por sus balbuceos y movimientos. Y para mi completo horror el oficiante arrojo al pequeño por el pozo. En ese momento estuve a punto de delatarme nuevamente pero mi instinto de conservación me impidió proferir ningún sonido.

El llanto del niño se escucho mientras caía y, a juzgar por lo que duro, el pozo deba tener una profundidad considerable. En medio de mi conmoción empecé a preguntarme que demonios era lo que estaba pasando, quienes eran estos tipos, que hacían, por que ejecutaron ese bárbaro acto. Casi grito de la impresión cuando nuevamente comenzaron los cantos esta vez, mas apremiantes y fuertes que antes. El esfuerzo de los que cantaban se notaba en sus voces y las imágenes entraban en mi mente con mayor fuerza y duración. En un momento casi pude ver al recién nacido cayendo por el pozo. Cuando de repente, lo que tome por formaciones rocosas en el techo de la cueva revelo su verdadera naturaleza.

Directamente sobre el pozo un cristal gigantesco comenz a brillar. Proyectando un haz de luz hacia el mismo. Los oficiantes redoblaron sus esfuerzos en el canto cuando haces parecidos a los del pozo los dejaron envueltos en luz Fue entonces cuando la luz del pozo cambio. Se torno roja y dorada, parecía fuego liquido. Un tubo de fuego liquido pero este no heria ni lastimaba la vista si no no habra podido verlo. Cuando el rayo se torno de fuego lo vi, ascendiendo, a través del fuego liquido.

La figura del infante. Quien quedo suspendido a un poco menos de un metro de la boca del pozo. En ese instante fui descubierto. Pero no por ninguno de los oficiantes. Fue el niño, lo percibí claramente dentro de mi cabeza, me vio. Y lo que ahora habitaba su cuerpo me sentencio. Haba yo visto algo que no debía. Y tendría que pagar por ello.

Sin importarme nada, huí. En silencio, pero huí. No recuerdo como salí de las cuevas, cuando volví en mi, los guardias del parque me estaban atendiendo y fui trasladado al hospital de la ciudad. Ahora desde la cama del hospital escribo esto, no con la esperanza de que alguien lo encuentre, por que se que cuando vengan por mi no quedara rastro. Lo escribo para tranquilizar un poco mi atormentada mente que todavía escucha los cantos y recuerda la mirada del ente en esa cueva.

Se que pronto lo volveré a ver. Y esta ves no viviré para contarlo.

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